Dotar de fibra óptica al país es un objetivo que cualquier política de Estado debe contemplar. La conectividad resulta fundamental para vincular a los pueblos, impactar positivamente en los entramados productivos y promover el desarrollo y la economía del conocimiento.
“La fibra es hoy la tecnología de conectividad fija más importante y eficiente, y acudir a ella para favorecer la interconexión de los países es estratégico. En la actualidad tenemos la oportunidad de encarar un proyecto en este sentido en el sur de nuestro continente, entre Argentina y Chile: unir a ambos países a través de la fibra óptica es una idea que viene dando vueltas desde hace años en la industria. Una idea de alta relevancia geopolítica por lo que supone en la integración de ambas naciones”, dijo Miguel Ángel Pesado (foto), presidente del Consejo Profesional de Ingeniería de Telecomunicaciones, Electrónica y Computación (COPITEC)
Una política mancomunada
Encarar un proyecto de este tipo en la zona más austral del país, en la isla de Tierra del Fuego, y hacerlo en conjunto con el Estado chileno sería la concreción de una política mancomunada que piensa más allá de las coyunturas y se plantea en el marco del bienestar que se debe entregar a las sociedades.
Es el espíritu con el que el ingeniero Javier Valdez, uno de los autores de la metodología para las Recomendaciones de fibra óptica del COPITEC, e integrante de la subcomisión de fibra óptica de este consejo, diseñó un proyecto orientado a conectar Puerto Williams, en Chile, con Ushuaia, en la Argentina, a través de un cable submarino.
“Valdez cuenta con una vasta experiencia en el campo del diseño de redes, además de ser miembro de la Fiber Broadband Association (FBA), y es un orgullo para nuestro consejo contar con estos integrantes que, de manera desinteresada, realizan estos aportes para expandir la conectividad y contribuir al crecimiento del país”, agregó Miguel Ángel Pesado, quien celebró el proyecto realizado y lo expuso como parte de las iniciativas que surgen de este Consejo para aportar ideas de base científica y tecnológica a la sociedad.
Importancia estratégica para el desarrollo de la región
La conectividad es una necesidad fundamental en la era digital actual y las comunicaciones juegan un papel fundamental en la transmisión de información y en la vinculación de las personas en todo el mundo. La conexión submarina la Isla de Tierra del Fuego, específicamente entre Ushuaia, en Argentina, y Puerto Williams, en Chile, es de gran importancia estratégica para el desarrollo económico, social y cultural de la región.
Tierra del Fuego es una zona rica en recursos naturales y turísticos. Tanto del lado chileno como argentino hay diversidad de flora y fauna y una importante actividad económica que se comparte entre el turismo y la investigación. Puerto Williams es el centro de operaciones de la Armada de Chile en la Antártida y es un punto de partida para los viajes de expedición hacia la Antártida.
Actualmente, la comunicación entre estas dos ciudades se realiza a través de conexiones satelitales y terrestres, lo que limita la velocidad y la calidad de las comunicaciones. La conexión submarina permitiría una mayor velocidad y capacidad de transmisión de datos, lo que impulsa el desarrollo de diversas actividades en la región.
En términos económicos, la conexión submarina podría estimular el crecimiento de los sectores turístico, pesquero y minero, entre otros, además de mejorar la eficiencia y la seguridad de las operaciones en los puertos y los muelles de la región.
En el ámbito social, mejoraría la comunicación entre las comunidades locales y las autoridades, lo que permitiría una mayor coordinación en casos de emergencia y desastres naturales. También colaboraría con la educación y la investigación, ya que permitiría una mayor conexión entre las instituciones académicas de la región.
Solución técnica de gran relieve
El proyecto prevé, en la parte terrestre del lado argentino, conectarse a la REPROFO (Red de Fibra óptica de la provincia de Tierra del Fuego) para llegar al continente. Se trata de una red construida totalmente subterránea (soterrada, subductada) lo cual hace que sea una red segura, de 400 kilómetros de longitud en tierra para luego ingresar al mar, cruzando el Estrecho de Magallanes durante unos 40 kilómetros hasta llegar al continente, por el Cabo Vírgenes en la provincia de Santa Cruz, Argentina. Desde este punto, la red se continúa hacia el norte del país. Esta solución técnica contempla redes de fibras ópticas de gran altura, considerando el Cruce de la cordillera de Los Andes, y de gran profundidad en el Canal de Beagle.
Para conectar el lado Chileno se podría usar la red de fibra óptica en la isla lado argentino hasta San Sebastián, frontera que compartimos con Chile, y desde ahí cruzar hacia Chile a través de este paso fronterizo, para desde allí transportar los servicios por la red del gobierno o a través de las redes de empresas privadas.
FUENTE: copitec.org.ar
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